Artículos Publicados en el CEPMP

 
 BOLETÍN Nº 14 2º TRIMESTRE 1996 
  ETOLOGÍA DEL MONTAÑA DEL PIRINEO
   
   
  OBSERVACIONES CONDUCTUALES DE LOS MONTAÑAS DE LOS PIRINEOS
  Por Sylvie Tarlowski y Antonio Meler
   
 


Este artículo se basa en la convivencia diaria con una pareja de Montañas, que nos han permitido observar un repertorio de conductas perfectamente estereotipadas y que seguramente, servirán para que los propietarios de estos magníficos perros reconozcan comportamientos semejantes, más allá del hábitat, del entorno familiar o de la zona geográfica.

Este artículo no pretende ser un estudio con rigor científico, y no sigue más metodología que la curiosidad y el cariño por estos Gigantes Pirenaicos.


Cregüeña
Foto Binimeler

 

  TERRITORIALIDAD Y DOMINANCIA
 
Los Montañas tienen perfectamente delimitado el territorio común y su territorio particular, incluído en el primero. La elección de los territorios particulares y su uso exclusivo depende de la jerarquía y dominancia en el grupo. Los mecanismos gracias a los cuales se establece todo este fenómeno, es un complicado proceso de la Comunicación Canina que se inicia desde cachorros.

El Macho dominante establece su zona de exclusividad en la zona más elevada de su territorio, normalmente tejados o montículos. Este territorio está terminantemente vetado al intrusismo de los otros montañas, en cambio el territorio particular de los otros montañas será ocupado por el líder, si la situación lo requiere.


Alfa "vigilante"
Foto Binimeler

La Dominancia y la Jerarquía en el grupo se establecen de forma sutil, sin grandes manifestaciones de agresividad. Las peleas, tan espectaculares en los montañas, son en su mayoría juegos, e incluso el jefe del grupo no duda en dejarse vencer, seguro de su poder y de que sólo un gesto o un cambio de tono en sus ladridos, pondrá las cosas en su sitio.

El Jefe de los Montañas suele ser generoso con los miembros del grupo, dejándoles incluso comer antes que él, sin embargo esta generosidad desaparece cuando el jefe de la familia humana aparece en escena, y ofrece una golosina o un premio especial al grupo.

El Montaña Dominante se sabe superior en todo momento, incluso con perros que no son de su grupo, pero que comparten puntualmente con él un mismo territorio, como puede ser una escuela de adiestramiento. Su autoridad se manifiesta sin estridencias, sólo con su mirada y con el porte de su cola en forma de Rueda Pirenaica, que intimida al resto de perros e impone su poder hipnótico. El Montaña es consciente de su dominio y le encanta exhibirlo con su porte y andar majestuoso.


Roco y Cregüeña
Foto Binimeler

 

  VIGILANCIA
 
La vigilancia de los Montañas en su territorio suele estar perfectamente sincronizada entre sus miembros. Cada zona es ocupada por un miembro, se reparten incluso las franjas horarias de vigilancia.

En la vigilancia existe un proceso que refleja la cohesión y sincronía del grupo, así como el amor ancestral que los Montañas tienen por el trabajo. Este proceso es la adopción de las funciones de vigilancia del miembro que temporalmente está ausente del territorio, ya sea por enfermedad, o por paseo extraterritorial con el amo, lo que puede llevar al Montaña que asume en su totalidad la vigilancia, a estar 24 horas sin dormir, e incluso extralimitarse en los ladridos con respecto a lo que sería normal si la dotación de los montañas estuviera al completo.

Este grado de responsabilidad en las funciones de vigilancia tiene otra curiosa manifestación, como es la conducta de los Montañas cuando vuelven a su territorio después de un paseo, de demostrar escandalosamente al amo y a los perros de otros territorios, que vuelven a estar alertas y atentos a cualquier incidencia o eventualidad.

El Montaña tiene preferencia por realizar la vigilancia por la noche, recordando con toda seguridad sus orígenes lupomolosoides, y provocando que en más de una ocasión, los propietarios de estos perros nos tengamos que disculpar ante los vecinos, por sus poderosos ladridos nocturnos.

Otro comportamiento que ilustra el alto grado de responsabilidad que tienen los Montañas en su vigilancia, es el hecho que necesitan que las puertas de la vivienda de sus amos estén permanentemente abiertas, ya que a pesar de estar encantados de poder entrar ocasionalmente en ella, y permanecer a los pies del amo o delante de la chimenea, no dudan en ningún momento, en el caso de oír un ruido sospechoso en el exterior, en salir disparados hacia el jardín para descubrir su origen y demostrar que están atentos.

Otro comportamiento que manifiesta hasta que punto el Montaña es un perro que conoce perfectamente sus obligaciones "laborales", son las demostraciones de vigilancia que realiza cuando el propietario le sirve la comida, como queriendo justificar que se la "gana".


Familia Binimeler
Foto Binimeler

 

  RELACIÓN CON LAS PERSONAS Y CON LA FAMILIA
 
El Montaña no suele ser gratuitamente agresivo, no obstante es implacable con el intruso que entra en su territorio, ya sea animal o persona, y no duda, a diferencia de la mayoría de perros, en atacar de frente al intruso, sin ningún tipo de contemplaciones y adiestramiento previo.

A pesar, sin embargo, de este comportamiento instintivo, que denota sus antiguas luchas con osos y lobos en su originario hábitat, es un animal extraordinariamente observador, sensible y con una asombrosa memoria, que le permite intuir las situaciones y los individuos peligrosos. En el caso que un extraño entre en el territorio con el amo, su actitud agresiva desaparece inmediatamente con aquel, aunque esto no es óbice para que el Montaña se muestre especialmente afectuoso con él, ya que el gigante blanco no busca las caricias gratuitas, salvo que éstas sean las del jefe de la familia humano-canina.


Cregüeña
Foto Binimeler

Durante los paseos el Montaña se deja acariciar y tocar por todo el mundo, aunque se muestra indiferente, mientras tenga puntualmente la caricia del patrono.

El Montaña es un perro independiente y mantiene una relación totalmente diferente con los miembros de la familia. El Montaña se siente protector, e incluso niñera, de todos los miembros de la familia, con excepción del líder de la familia. Presenta una especial sensibilidad para detectar la debilidad de cada uno de los miembros y, en función de ella, proteger más, a mayor debilidad o indefensión física. Cualquier situación que ponga en peligro la integridad física de algún miembro de la familia es contestada inmediatamente por el Montaña.

La relación con el líder humano se rige y funciona por parámetros radicalmente diferentes. Es con el único que se somete marcialmente ante una orden imperativa, y es con el único que en algún momento puntual muestra debilidad o miedo ante una situación desconocida.

De todas formas, la persona de la familia que se erige en líder, tiene que mostrar una actitud y consecuentemente un comportamiento especial, dadas las características peculiares de los Montañas, tanto psíquicas como físicas, especialmente por sus 60 Kg y sus altas dosis de independencia, que no obstante, no se tiene que confundir con falta de sociabilidad, propia por ejemplo de los perros nórdicos. El líder humano se tiene que imponer al Montaña desde pequeño, aunque ésta no tiene que producirse por medio de castigos indiscriminados, sin ninguna contingencia, con una conducta incorrecta. El Castigo físico al Montaña no es recomendable, dadas sus dimensiones ya que, en la mayoría de los casos salimos malparados, además de poder crear un montaña inseguro o agresivo.


Cregüeña y Aixa
Foto Binimeler

Tenemos que perfilar el comportamiento del Montaña, básicamente con premios o refuerzos positivos a la conducta correcta, para aumentar su frecuencia y su asimilación a su comportamiento habitual; y con ausencia de éstos(o con algo que irrita enormemente al Montaña como es la indiferencia o ignorancia), cuando su conducta no es la deseable, para reducirla a una frecuencia cero. Estar especialmente atentos, en los primeros meses de convivencia con el Montaña, a su educación, nos evitará problemas de difícil solución cuando sea adulto.

La Empatía es otra característica de los Montañas, tienen una especial sensibilidad para captar los estados de ánimo de los propietarios. Detectan y les afectan los enfados y las alegrías de la familia humana con excepcional facilidad. Esta facultad del Montaña refleja un gran apego de la familia, y una consecuencia a tener en cuenta para las personas que adquieran un Montaña, como es el hecho que los montañas soportan difícilmente el cambio de propietario, dada su plena identificación con los primeros que lo hayan adquirido.

A pesar de que los Montañas son perros con algunas reacciones primitivas instauradas en su Genotipo durante siglos, los Montañas como la mayoría de perros son lo que nosotros queramos que sean, aunque con ellos, por sus especiales características, tenemos que ser especialmente cautos.

 

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